La milenaria oratoria que nos enseña la verdad de que detrás de todas las apariencias externas, el Amor es el poder motivador del Universo.
La belleza y fuerza de La Gran Invocación del Maestro Djwhal Khul (maestro tibetano de antigua tradición esotérica), reside en la existencia de una inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios.
Un rezo, una vía por medio de la oratoria para ayudar a que tenga plena expresión el Plan de Dios en la Tierra, donde el amor y la inteligencia son efectos de su voluntad. Pero con la verdad eminente de que el Plan Divino sólo puede desarrollarse a través de la propia humanidad.
Una plegaria mundial que, a la fecha, ha sido traducida a más de 75 idiomas y dialectos, y que es considerada propiedad de todos.
La Gran Invocación
Desde el punto de Luz en la mente de Dios,
que afluya luz a las mentes de los hombres,
que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el corazón de Dios,
que afluya amor a los corazones de los hombres,
que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,
el propósito que los maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
que se realice el plan de Amor y de Luz
y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la luz, el amor y el poder restablezcan el Plan Divino sobre la Tierra.