A diario el uso de Reiki como tratamiento en hospitales, clínicas y centros de salud en todo el mundo avanza a paso de gigante abriéndose camino, gracias sus resultados y a las investigaciones realizadas que corroboran su actuar con eficacia y efectividad.
Desde un punto de vista científico la piel no representa el límite de una persona, sino que su personalidad se extiende hacia el entorno. Alguna vez hemos tenido la experiencia de sentir la presencia de otros. Eso esta probado, incluso explicado de manera científica.
Las manos también están rodeadas de campos biomagnéticos. La fuerza curativa en las manos es producida, al menos en parte, por el sistema perineural. Este sistema rodea los nervios y ofrece un camino para la corriente continua. Las corrientes son moduladas por impulsos cerebrales que, a su vez, son dirigidas por el tálamo.
Si la persona está enferma, las frecuencias biomagnéticas de uno o varios órganos no se encuentran en la franja saludable. Para el científico Herbert Fröhlich, investigador de los campos biomagnéticos del cuerpo, lo describe como “un componente formado por células, por ejemplo el tejido o un órgano, dispone de frecuencias combinadas, que regulan procesos importantes, como por ejemplo, la división celular. Estas frecuencias de mando son por lo general muy estables. Si por algún motivo una célula modifica su frecuencia, las células vecinas emiten señales que restablecen la frecuencia correcta. Pero si son muchas las células que pierden su ritmo, entonces la fuerza de las vibraciones combinadas se va aflojando hasta que deja de ser estable. La pérdida de la cohesión puede derivar en enfermedades o trastornos.” Esta interpretación coincide con la idea metafísica, según la cual una enfermedad, antes de manifestarse corporalmente, comienza primero en el aura o en el campo biomagnético.
Si un terapeuta coloca sus manos en las proximidades de un órgano enfermo y comienza su trabajo, el campo biomagnético que procede de sus manos se volverá mucho más potente que el del órgano enfermo. Además, la frecuencia del campo biomagnético de sus manos comienza a pulsar en la frecuencia exacta que necesita el órgano enfermo. Dado que el campo biomagnético del terapeuta es más potente que el del órgano enfermo, las frecuencias sanas son inducidas hacia el campo del órgano enfermo. De esta manera se acomodan nuevamente en la franja de la salud. Esto tiene a su vez efecto sobre las corrientes eléctricas que actúan en las células y en el sistema nervioso dentro y fuera del órgano, así como también sobre el normal desarrollo del órgano. De esta manera se produce la cura.
El más potente de los campos biomagnéticos se halla localizado en el corazón. Ha llegado a ser medido a una distancia de 4.50 metros. El cerebro y otros órganos están rodeados por sus propios campos biomagnéticos. Estos campos pulsan con distintas frecuencias y actúan en forma interrelacionada. Cuando un órgano esta sano tiene una frecuencia determinada; si se enferma, esta frecuencia se modifica. Todos estos campos biomagnéticos conforman un gran campo biomagnético que rodea el cuerpo. Efectivamente corresponde con lo que denominamos aura. Por esta razón, aún cuando existen otros aspectos, el campo biomagnético es uno de los componentes principales del aura.
Estos campos tienen a su vez influencia sobre otros campos que se encuentran en las proximidades, aún sobre los de otras personas. Este principio se denomina Inducción y significa que un campo magnético puede actuar sobre otro, en la medida en que produce cambios en el campo o modifica incluso la intensidad y frecuencia de la corriente eléctrica que circula en su conductor, con lo que se confirma que el campo biomagnético consigue influir en el bienestar y el correcto funcionamiento de órganos y tejidos.
De este modo se define el verdadero significado del concepto personalidad de gran magnetismo. Al mismo tiempo es el fundamento científico de que una persona puede ejercer efecto terapéutico sobre otra.
Una de las singularidades de Reiki radica en que la capacitación para practicarlo se consigue a través de una sintonización. Reiki tampoco debe ser guiado por la consciencia del terapeuta, sino que se guía a sí mismo, sin servirse para ello de la energía personal del terapeuta. Sabiendo esto nos preguntamos entonces cómo funciona la sintonización y el tratamiento de Reiki.
La sintonización podría despertar un aspecto innato en nosotros, que se mueve a un nivel de inteligencia superior en relación a la totalidad, el bienestar y la curación. Dado que esa inteligencia no es parte de nuestra consciencia, podría decirse que ella llega a nosotros desde una fuente supraconsciente.
Por otra parte, el hecho de que nuestra energía personal no sea “absorbida” demuestra que la sintonización abre o activa una fuente energética que se diferencia de aquellas mediante las cuales cubrimos nuestras necesidades cotidianas de energía. Por esta razón Reiki da sustento a la idea de que en nosotros reside un potencial oculto, que muy pocas personas utilizan, pero que puede ser despertado.
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