Controlar el desequilibrio de nuestras células y así evitar enfermedades es lo que esta nueva tendencia en medicina natural trabaja. Un moderno sistema terapéutico que va mas allá de todo lo conocido que estudia, detecta, clasifica y corrige las alteraciones del pH en el cuerpo humano.
A través de la utilización del Par Biomagnético, se descubre la existencia en el cuerpo humano de puntos específicos unidos entre sí, que pueden -en algún momento- presentar ciertas polaridades magnéticas contrarias, tal y como ocurre cuando intentamos unir dos imanes comunes por lados opuestos, conocidos como cargas iónicas en positivo/negativo, o los polos Norte y Sur.
A través de un test de reacción muscular inteligente, es el propio cuerpo del paciente el que indica dónde se encuentran los pares biomagnéticos desequilibrados, y es sobre estos puntos que son ubicados los imanes de la misma polaridad, provocando una interrupción de la retroalimentación energética entre virus y bacterias, con lo que simultáneamente se corrige la alteración del pH, lo que causa un desequilibrio vital de los microorganismos, por la pérdida del sustento energético.
En el caso de los virus, se destruye su carga patógena de ADN, y en las bacterias, el cambio del pH obstaculiza su reproducción y se debilitan frente al sistema inmunológico. A lo anterior se añade un efecto de cortocircuito en la estructura electromagnética de estos microorganismos, que al ser eliminados permiten mejoras de los pacientes.
El tratamiento consigue identificar la etiopatogenia de las enfermedades provocadas por virus, bacterias, hongos y parásitos, así como disfunciones glandulares, por medio de la medición cualitativa de la alteración del Potencial de Hidrógeno que provocan los micro organismos patógenos en los seres vivos.
Al igual que la acupuntura, la ubicación de estos pares biomagnéticos son definidos por los especialistas en un mapa del cuerpo, que a la fecha alcanzan una cifra cercana a los 250 pares. Cuando éstos se desequilibran, en el polo sur de ellos se concentran focos de determinados virus en un ambiente de pH ligeramente ácido; mientras que en el polo norte se ubican ciertas bacterias, pero en un medio de pH algo más alcalino que en el resto de los tejidos.
Los expertos en Biomagnetismo explican que, entre ambos focos de virus y bacterias de un mismo par biomagnético se establece una comunicación sincronizada a distancia, en forma de ondas electromagnéticas, que se conoce como BioResonancia Magnética, que facilita la retroalimentación energética entre dichos microorganismos, los que se potencian en su virulencia y capacidad de resistencia frente a los anticuerpos del sistema inmunológico. Los diversos gérmenes establecen en su respectivo par biomagnético una especie de base de operaciones, desde donde se reproducen y se coordina el accionar de toda la especie.
A nivel general, es recomendable visualizar el estado de salud de los órganos como un equilibrio ideal entre sus cargas únicas negativas y positivas. Recuerde que el cuerpo humano se mantiene en salud siempre que su pH se mantenga en un rango neutro (pH 7). El uso de esta terapia, no tiene efectos colaterales, salvo para aquéllos que recientemente han sido tratados con quimioterapia.
revista nuevaera